El orgullo de Ensenada BC, tras una maratónica velada donde imperaron el alcohol y las drogas duras, notó un cambio sustancial en su apreciación de la realidad. En algún momento del trance notó algo extraño en la percepción de las cosas; ¿o es que la existencia se transforma de pronto o es que algo grave ha sucedido? La respuesta la obtuvo al día siguiente al despertar y tratar de buscar sus cosas para el juego de pelota: "¿dónde están mis antiparras? ¡Denme mis lentes o los madreo! ¿Quién quiere pelea?"
A partir de ese día, sus aspiraciones vitales cambiaron de forma radical: olvidó el beisbol y se dedicó al pugilismo. Su ambición no persigue el resplandor de la chapa dorada de un cinturón de campeonato mundial, sino tan sólo el acto de justicia de recuperar la visión perdida.
Canelo está dispuesto a todo. En reciente conferencia de prensa celebrada en las inmediaciones de la facultad de ciencias de la UNAM declaró: "Si el puto de Pacquiao tiene los pinches huevos de robarme mis gafas que tenga los huevos para subirse al ring".
Manila, Filipinas, 3 de diciembre, REUTERS
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